6 de noviembre de 2010

El aire que no se emplea en respirar

Son esas cosas que se hacen tan difíciles de ver por ser tan evidentes las que a menudo llamamos imposibles.


Cura deficiente para los males del pasado
Pájaros que vuelan demasiado bajo
Zona de turbulencias que no ve su fin
Remitente un dolor que nunca se ausentó
Aún así quise creerme curado de espanto
Cuentas pendientes sin deber nada
Estúpida fe que parte y reparte
El negocio del amor me aleja de París
Pido ayuda a nadie y alguien se enfada
Entiendo pues, que no voy a ninguna parte
Maldito ese “qué sería” fisgón
A veces sólo aspiro a hallar alivio
Las mejores historias no conocen final
La respuesta no la trae siempre la razón
Ingenuidad que me empuja a buscar mi líbido
Queriendo ser un cual para mi propio tal


Es tan difícil verse a uno mismo como mirar hacia atrás sin volverse. (H. D. Thoreau)

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