Entre casa y la parada
No hay puentes que crucen
Por una sombra empapada
De angustia y mugre
De querer ser, lo que no se es
Desde una postura que irradia impotencia
Abstemio de una de por si escasa paciencia
Capitán de un crucero a pedales
Aquel que siempre detestó los siete mares
Suspiros que dan la espalda a la Luna
Un insomnio insolente se sale con la suya
Cuando los gatos ya se han vuelto pardos
Frente a un horizonte plagado de conjeturas
Puesto que esas sonrisas de oreja a oreja
Se fugaron al pasar el camión de la basura
Poco pan, y pésimo circo.
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